El mundo demoniaco es un lugar por demás extraño. Su arquitectura es muy parecida a la de la edad media, solo que tiene cambios más “acordes” a su situación. De construcciones más oscuras, con muchos castillos y mansiones de piedras, da un ambiente más opresivo que el mundo “de arriba”.
En lo que podríamos llamar el centro del mundo demoniaco se encuentra el castillo del rey, al mismo lo rodea la principal ciudad, Hellren, en donde habitan la mayor parte de la nobleza. A excepción de los terrenos que pertenecen a los siete generales, los cuales se encuentran alrededor de la ciudad, protegiéndola.
El miasma es el aire q respiran los demonios en su mundo, es un aire denso y espeso q es toxico para los humanos, proviene de otra dimensión. Es trabajo del rey demonio controlar de q el miasma se respire en todo el mundo demoniaco demo q no se exceda en cantidad q no llegue a ningún otro mundo.
En el mundo demoniaco, los rangos de nobleza están muy relacionados con el poder que los demonios poseen. Estos se dividen en Generales, Archiduque, Duque, Marques, Conde, Vizconde y Barón (y el resto del populacho)
El Rey Demonio es el demonio vivo más poderoso. Dentro de sus funciones está la de controlar el miasma. También está el velar por cierta “estabilidad” en el mundo demoníaco; o sea, evitar que los demonios se maten entre sí. Preparar al ejercito cuando hay algún levantamiento. Encargarse que se respete el pacto con el cielo, etc, etc….
Los Siete Generales Demoniacos son aquellos que siguen en poder al Rey Demonio. Desde hace varios cientos de años, son los mismos demonios los que ocupan este puesto. Aunque hace unos años, el general del sureste falleció y su hijo ocupo su lugar. La principal función de los siete generales es mantener el orden en el mundo demoniaco. Y en un futuro, alguno de ellos podría convertirse en el nuevo Señor de los Demonios.
Los Archiduques y los Duques también están considerados como posibles candidatos a sucesores del trono. Pero estos, y también los marqueses, condes, vizcondes y barones están al servicio de alguno de los siete generales, salvo aquellos que por deseo expreso del Rey le obedecen directamente a él.